viernes, 5 de diciembre de 2008

Dalí



En abril de 1925, desde la Residencia de Estudiantes, Federico anunció a sus padres que le habían invitado a pasar la Semana Santa en Cadaqués con su amigo Salvador Dalí. La invitación procedía del padre y allí en Barcelona era habitual tener huéspedes en las casas. Fue el primer viaje de Federico a Cataluña y aquella visita y una segunda estancia más larga en 1927 dejaron una huella profunda en la vida y obra de ambos.
La amistad entre ambos surgió cuando los dos compartían Residencia en Madrid. Durante 5 años, desde 1923 a 1928, los mundos artísticos de Dalí y Lorca se fundieron hasta tal punto que se habla de un periodo daliniano en la obra del poeta y de una etapa lorquiana en la del pintor. Fruto de esa amistad que se convirtió en pasión fue la Oda a Salvador Dalí que Federico publicó en 1926.
Dalí también influyó en Lorca alentándolo a comprender la pintura moderna y le animó como dibujante, al igual que Federico impulsó a Dalí en su aventura poética.
Salvador Dalí significó mucho en la vida del poeta y además logró que tuviera una visión más expansionista de España, no quedándose anclado en Granada.

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